El mando presidido por Jorge Cálix, considerado como disidente y expulsado de las filas del Partido Libertad y Refundación (Libre), manifestó la disposición a la renuncia de sus cargos, como parte de las soluciones aportadas para la resolución del conflicto.
Los encuentros, encabezados por el exmandatario y coordinador de Libre, Manuel Zelaya, acontecen con la presencia también de otros constituyentes que respaldaron a Cálix en su elección como presidente de la junta, el 21 de enero último, en contravención a lo dispuesto por su organización.
El expresidente hondureño aseguró que los disidentes “son hermanos nuestros y tienen las puertas abiertas en el partido para buscar acuerdos políticos y recuperar su estatus”, si bien el diputado del Salvador de Honduras (PSH), Luis Redondo, continúa con el respaldo del gobierno.
Desde su perfil en la red social Twitter, la jefa de Estado Xiomara Castro, la primera mujer en asumir ese cargo en la nación centroamericana, reconoció el 23 de enero pasado a la junta directiva liderada por Redondo e, incluso, lo invitó a su acto de investidura cuatro días más tarde.
Otro de los indicadores de la posible solución de la querella fue la llegada a la sede del Congreso de los 44 legisladores del Partido Nacional, conducidos por su jefe de bancada, Tomás Zambrano, quienes no asistían a las instalaciones de ese órgano de poder desde el comienzo de la crisis.
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