Según informó el comisionado Andy Marsh, jefe de policía del distrito de Avon y Somerset, dos de los agentes tuvieron que ser hospitalizados con costillas rotas que le perforaron un pulmón a uno de ellos.
Miles de personas salieron la víspera a las calles de Bristol a protestar contra el proyecto promovido por el gobierno conservador británico, pero la manifestación se tornó violenta cuando centenares de ellos se enfrentaron a las fuerzas antimotines frente a una estación de policía, donde quemaron un vehículo oficial, rompieron cristales y lanzaron fuegos artificiales.
La protesta fue convocada por las filiales locales del movimiento Black Lives Matter y del grupo ecologista Extinction Rebellion, y otras organizaciones civiles, bajo el lema de Kill the Bill (Maten el Proyecto de Ley) por considerar que la propuesta, que ya pasó una primera aprobación en el Parlamento, atenta contra las libertades civiles y el derecho a manifestarse.
Para sus detractores resulta, por ejemplo, inconcebible que una persona que dañe un monumento público podría recibir hasta 10 años de cárcel, mientras que un violador sexual estaría apenas cinco años tras las rejas.
La Policía tendría además potestad para las horas de inicio y conclusión de una protesta, prohibirla en caso de considerarla demasiado ruidosa o causante de molestias a la comunidad.
El comisionado calculó en millones de libras esterlinas los daños causados al recinto policial, e informó hasta el momento siete personas están bajo arresto por su relación con los hechos.
La ministra británica del Interior, Priti Patel, calificó de inaceptables los sucesos de la víspera en Bristol, y advirtió a través de su cuenta en la red social Twitter que el vandalismo y el desorden no serán tolerados.
El líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, cuya organización votó en contra del proyecto de ley, también condenó este lunes el cariz violento de la manifestación, y en declaraciones a la emisora LBC dijo que es inexcusable.
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