Según datos recopilados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), mientras la pobreza extrema en la región afectó a unos cinco millones más de personas en 2021 -86 millones de individuos-, el patrimonio de los 104 milmillonarios de la región ascendió a unos 446 mil 600 millones de dólares.
Cifra que representa aproximadamente el 11 por ciento del Producto Interno Bruto proyectado por la Cepal para los siete países donde vivían los mencionados milmillonarios en 2021 con mayor representación en Chile, Brasil y México.
Uno de los problemas para el exponencial incremento de las desigualdades en Latinoamérica son las cargas tributarias de los ricos acordes a su nivel de riqueza y los impuestos directos a la propiedad (bienes inmuebles, herencias, transacciones financieras) poco importantes tradicionalmente, resalta la Cepal.
Pero aunque la medición de la extrema riqueza aporta a la caracterización de la desigualdad, refiere el organismo, la valoración del patrimonio de los más ricos tiene limitaciones y la Cepal para sus cálculos utiliza las estimaciones de Forbes.
Aun así, no se puede olvidar la medición de la riqueza aporta elemento más allá del efecto coyuntural de la pandemia, pues también permite un acercamiento a los factores estructurales que inciden en la reproducción de la desigualdad en el tiempo.
A KILÓMETROS DE DISTANCIA
En el lado opuesto, y como muestra de las crecientes brechas entre ricos y pobres se encuentran las personas en situación de pobreza extrema que entre 2020 y 2021 avanzaron aceleradamente como consecuencia de la profundización de la crisis social y sanitaria derivada al Covid-19, según estima la Cepal en su informe anual Panorama Social de América Latina.
En 2020, el 33 por ciento de la población latinoamericana se encontraba en situación de pobreza y un 13,1 porciento vivía en condiciones de pobreza extrema, ello en números significa que unos 204 millones de individuos no tuvieron ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
De ellos, 81 millones de personas carecieron de los recursos incluso para adquirir una canasta básica de alimentos, se trata de un notorio retroceso para la región.
A nivel regional, estas alzas muestran la consolidación de una tendencia al aumento de las personas en situación de pobreza que empezó a manifestarse a partir de 2015, sobre todo en el caso de la pobreza extrema, explica la Cepal.
En un contexto de recuperación económica, amplía, en 2021 cabe esperar que tanto la pobreza extrema como la pobreza disminuyan y se recupere parte del retroceso
observado en 2020, pero se sitúe apenas un 1,0 por ciento por debajo, en un 32,1. Dato superior frente a los niveles observados antes de la pandemia, 24 por ciento.
A su vez, la pobreza extrema se situaría en 13,8, como consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia en algunos países, que no alcanzaría a ser compensada por el incremento esperado de los ingresos por empleo, remarca el organismo internacional.
En resumen, con una crisis sanitaria persistente en América Latina y el Caribe se extenderán a su vez a la dimension social y sanitaria con afectaciones en la pobreza y la pobreza extrema, la desigualdad, la desocupación y la falta de acceso a la educación y a cuidados, que aún no muestran señales de recuperación.
Además, pese las señales de recuperación económica en 2021, se evidencia que no está centrada ni en la igualdad ni en la sostenibilidad ambiental, y se manifieta en un contexto de permanencia de los retrocesos en el desarrollo social, opina la Cepal.
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