Originado hace nueve años en un litoral del vecino departamento uruguayo de Canelones, contó en la presente edición con la participación de 12 países, tanto de forma presencial como virtual.
Desde el sábado temprano artistas de Bolivia, El Salvador, México, Perú y Uruguay pusieron manos a la obra, mientras que otros de Guatemala, Chile y Paraguay, lo hicieron a distancia y además se sumaron en igual formato, invitados de Alemania, Sri Lanka e India.
Su creador e impulsor, el escultor brasileño Dumas Teixera, dijo que la idea es “pura y exclusivamente» fomentar la confraternidad, por lo que no hay premios ni concurso.
Informó que este año faltaron algunos países al encuentro debido a la pandemia de Covid-19 y por razones económicas también.
Pese a la inestabilidad climática en la capital uruguaya participantes dedicaron toda una jornada a armar las esculturas y según explicó Teixeira “una lluviecita no le hace nada, al contrario, hay que estar permanentemente humectándola, esto es arena y agua, nada más».
El tiempo de vida de una creación en arena depende de su calidad y compactación, y actualmente a nivel profesional se les aplica un producto para alargar su vida y poder ser expuestas a la intemperie por algunos meses y en algunos casos en interiores por años.
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