Bajo el lema El océano, nuestro clima, nuestro tiempo, la jornada está centrada además en la importancia de la meteorología y la hidrología para el equilibrio medio ambiental.
El océano condiciona el tiempo y el clima en todo el orbe y es uno de los pilares de la economía mundial y de la seguridad alimentaria, explicó en un comunicado en ocasión de la fecha el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas.
El cambio climático, además de acarrear graves consecuencias para el océano, multiplica los riesgos a los que están expuestos cientos de millones de personas subrayó tras argumentar que esa masa de agua es el termostato de la Tierra y, además, ejerce de cinta transportadora de calor.
En sus reflexiones señaló que los fenómenos como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) constituyen un acoplamiento entre atmósfera y océano, e inciden en las temperaturas y en la distribución de las precipitaciones y las tormentas en muchas partes del planeta.
El Niño suele producir un aumento de las temperaturas mundiales, mientras que La Niña ejerce el efecto contrario, sin embargo, el equilibrio natural entre océano y atmósfera está cada vez más alterado por los efectos de las actividades humanas.
Por otro lado, resaltó en su misiva que el hielo se está derritiendo, y ello entraña profundas repercusiones para el resto del planeta que se manifiestan a través de cambios en las pautas meteorológicas y la aceleración de la subida del nivel del mar.
Recordó que en 2020 las cálidas temperaturas oceánicas contribuyeron a alimentar una temporada de huracanes sin precedentes en el Atlántico y a que se formaran intensos ciclones tropicales en el océano Índico y en el sur del Pacífico.
Instituido en 1950 bajo la égida de la OMM, el Día Meteorológico Mundial está dedicado cada año a un tema, en 2020 reflexionaba sobre el clima y el agua mientras en 2019 centró su jornada en el Sol, la Tierra y el tiempo.
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