Al inicio del encuentro en la sede del Ministerio de Defensa, Shoigú expresó que Moscú no siempre entiende las razones para exacerbar esta tensión. “Sin embargo, vemos que está creciendo”, alertó.
Expresó su esperanza de que durante el intercambio de este viernes entre los representantes de los dos países se pueda discutir sobre opciones pertinentes que permitan asegurar la seguridad en la región.
Shoigú añadió que en un futuro próximo su país responderá a las consideraciones de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre las propuestas jurídicas de garantías de seguridad, entregadas a ambas partes en diciembre de 2021.
El ministro instó a los países occidentales a que contribuyan a reducir las tensiones en Europa y detengan el suministro de armas a Ucrania.
Acerca de la cooperación militar ruso-británica, dijo que es casi nula “y está a punto de cruzar el meridiano cero y pasar a menos, lo que quería evitar”. Asimismo, convocó a frenar los roces en los vínculos entre Moscú y la OTAN.
Señaló que su país observa una concentración desmesurada de la atención en cuestiones que, según Rusia, podrían haberse resuelto con calma, en el diálogo entre todos los países, sin amenazas de algún tipo de sanciones.
Según el ministro anfitrión, examinó con cuidado los discursos de su homólogo británico y de sus colegas antes de la reunión.
“Desgraciadamente, seguimos viendo amenazas de sanciones constantes en cada discurso. No me gustaría que nuestra conversación de hoy sea una continuación de este tipo de entrevistas”, enfatizó.
En el encuentro, denunció que las entregas de armas a Kiev se realizan desde diferentes países, de forma pública, sin que se conozca la razón.
“Quisiera entender para qué Reino Unido envió sus fuerzas especiales a Ucrania y cuánto tiempo estarán allí”, preguntó Shoigú durante la reunión con Wallace.
Además, manifestó su preocupación de que terroristas internacionales puedan tener acceso y utilizar las armas que dejaron las tropas de la coalición occidental en Afganistán.
“Me gustaría recordar la triste experiencia de cómo se dota de armas a algunos países. Permítanme recordarles que en Afganistán hace poco dejaron armas por valor de casi 80 mil millones (de dólares)”, apuntó.
Enumeró que en esa nación centroasiática quedaron desprotegidos misiles Javelin, sistemas antitanques y de defensa antiaérea, lo cual dijo, constituye una amenaza con el aumento del número de terroristas del grupo Estado Islámico en Afganistán.
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