Los inconformes –que exigen eliminar todas las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19, en especial los mandatos de vacunación obligatoria- también obligaron a la industria automotriz de ambos lados a reducir los niveles de producción.
El magistrado presidente Geoffrey Morawetz, de la Corte Superior de Ontario, explicó durante una audiencia virtual que la orden sería efectiva a partir de esta noche.
Desde el lunes, los conductores de camiones y otros vehículos cerraron el puente que conecta a ambas naciones a través de Detroit, mientras otros cientos de camioneros paralizaron el centro de Ottawa en las últimas dos semanas.
El bloqueo lo realizaron además en los pasos fronterizos de Alberta y Manitoba.
Por el Ambassador circulan habitualmente unos ocho mil camiones al día, cerca del 25 por ciento de todo el comercio transfronterizo, o sea, el equivalente a unos 500 millones de dólares diarios.
Las protestas del llamado Convoy de la Libertad en el país norteño motivaron a ciudadanos de otras latitudes a oponerse a los mandatos de salud por la Covid-19.
De acuerdo con reportes de prensa, docenas de camiones y vehículos abandonaron el sur de Francia para dirigirse a París, la capital, donde desahogarían su ira por las políticas de vacunación.
Similares acciones se registraron en Nueva Zelanda, Australia y Estados Unidos, al tiempo que grupos de extrema derecha y antivacunas del mundo amplificaban el mensaje de los manifestantes canadienses en las redes sociales.
De hecho, el expresidente estadounidense Donald Trump expresó su apoyo público a los manifestantes y su lema Make America Great Again (Haz América grande otra vez) apareció versionada en carteles en las protestas.
Una encuesta de Abacus Data del 3 de febrero arrojó que los más identificados con la protesta son los votantes del Partido Popular, de extrema derecha, que defiende posturas antiinmigrantes, es refugio de quienes rechazan las vacunas y reclaman el derecho a portar armas de fuego.
«Esta actividad ilegal tiene que terminar y terminará», advirtió el primer ministro Justin Trudeau, quien ya “los hemos escuchado”, así que “es hora de volver a casa», en referencia a la necesidad de para poner fin a los bloqueos.
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