La votación de la resolución A/HRC/46/L.1, presentada por Julian Braithwaite, representante de Reino Unido en Ginebra, en nombre de un grupo de naciones, contó con 22 votos a favor, 11 en contra y 14 abstenciones, reflejó el portal Times online.
El sufragio se realizó en línea a través de Zoom, pues los 47 miembros del Consejo no pudieron asistir en persona a causa de la pandemia de la Covid-19, agregó la fuente.
Estados Unidos, que se retiró del CDH cuando Donald Trump era presidente, respaldó verbalmente la medida antes de la votación.
China, Pakistán, Bangladesh, Filipinas, Rusia, Somalia, Uzbekistán, Eritrea, Bolivia, Cuba y Venezuela votaron en contra, mientras India, Japón, Indonesia, Libia, Bahrein, Camerún y Nepal fueron algunos de los países que se abstuvieron.
La resolución pide a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos que mejore su seguimiento y la presentación de informes sobre la situación en Sri Lanka, incluídos los avances en la reconciliación y la rendición de cuentas. Además, que presente una actualización oral al Consejo de Derechos Humanos en su período 48 de sesiones.
Asimismo, una actualización escrita en su período 49 de sesiones, y un informe exhaustivo que incluya nuevas opciones para avanzar en la rendición de cuentas, en su período 51 de sesiones, que se debatirán en el contexto de un diálogo interactivo.
Recientemente, el canciller esrilankés, Dinesh Gunawardena, rechazó ese intento contra su nación por estar basado ‘en cifras, hechos y argumentos falsos’.
Alertó que algunas fuerzas hegemónicas de Occidente están confabuladas en una conspiración contra su país, sin fundamento alguno, por meros motivos políticos.
Fuentes diplomáticas refirieron que se trata de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania en particular, cuyos gobiernos están detrás de la resolución contra Colombo.
‘Intentan imponer condiciones sobre Sri Lanka que dañan su soberanía, independencia y el progreso que viene logrando para todos sus ciudadanos’, recalcó el ministro de Exteriores.
La resolución gira en torno a supuestos crímenes en los finales de la guerra separatista en 2009 que enfrentó al Gobierno de esta isla del océano Índico contra el movimiento de los Tigres Tamiles por la Liberación del Eelam, una conflagración secesionista que duró tres décadas.
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