Señaló que solo se recuperó dos mil de los casi 11 mil barriles derramados y no contenidos con celeridad por Repsol, lo que hizo que la mancha de crudo se extienda por la costa hacia el norte de Lima, donde se registró lo que es consideró el peor desastre ecológico del país, el 15 de enero pasado.
“Debemos asegurarnos de que Repsol cumpla con restablecer las condiciones ambientales que teníamos antes del derrame”, objetivo que estimó complejo y difícil pero que debe cumplirse.
Montoya dijo también que la limpieza de playas avanza lentamente y se cumplió en 70 por ciento, pero la mayoría del petróleo fue al fondo del mar, causando gran daño difícil de calcular al ecosistema marino.
Añadió que en una inspección que realizó junto a expertos enviados por las Naciones Unidas a las islas guaneras, donde moran las aves guaneras, consideradas áreas protegidas, se encontró que Repsol no ha limpiado la espuma que rodea las islas.
Indicó que los expertos confirmaron claramente que la espuma es producto de la mezcla, por el movimiento marino, del agua salada con el crudo llegado hasta mar afuera y al parecer pretende presumiblemente mostrar que tiene otro origen.
“La empresa, en lugar de limpiar, (Repsol) busca otros culpables. Parece que hay cierto grado de desconsideración con la naturaleza”, dijo el ministro.
Aludió así a la demanda de la transnacional a la naviera dueña del buque petrolero que traía el derrame derramado en una fallida operación de descarga a cargo de la empresa española, de crudo para su refinería ubicada en el norte de Lima.
Repsol atribuye al movimiento del mar producto del estallido de un volcán submarino en Conga, lo que ha sido desmentido por testigos.
Montoya se abstuvo de comentar ese diferendo entre empresas y señaló que Repsol debe cumplir su obligación o tendrá que pagar las multas previstas, la primera de las cuales, equivalente a 122 mil dólares, se aplicó la semana pasada.
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