Mediante un comunicado, Grandi alertó sobre la catástrofe social y económica generada por el coronavirus SARS-CoV-2 y las graves consecuencias de ese escenario para más de 80 millones de refugiados y desplazados.
Asimismo, lamentó la creciente desesperación entre los indocumentados en países como Líbano y Uganda, donde aumentan los reportes sobre autolesionados y suicidios.
Grandi señaló que numerosos migrantes perdieron sus fuentes de ingreso debido a la situación provocada por la pandemia y se refirió a una generación perdida, debido al cierre de escuelas y centros de atención a niños refugiados.
Ante tal contexto, reclamó la cooperación de la comunidad internacional e instó a garantizar la protección de esas personas.
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