El primer ministro, Ariel Henry, dijo al cierre del evento que las contribuciones van más allá de las expectativas y espera que la nueva movilización conduzca a una acción duradera en beneficio de la población de la región.
También señaló que tomaron todas las medidas para evitar los errores del pasado, en clara referencia a lo ocurrido tras el sismo de 2010 cuando mucha de la millonaria ayuda no llegó a los necesitados.
La conferencia semipresencial, contó con el apoyo de Naciones Unidas que pidió a la comunidad internacional no abandonar a Haití, un país capaz de levantarse tras las tragedias.
La secretaria general adjunta de la ONU, Anima Mohammed, señaló que no es momento de dejar solo al país caribeño ni de rendirse, mientras la nación caribeña se encuentra nuevamente en una encrucijada y deben protegerse años de inversión en estabilidad y desarrollo.
“Las instituciones nacionales están listas para liderar” el proceso de reconstrucción, dijo la representante del organismo internacional que viajó a Haití este miércoles.
Países como Cuba, Canadá y Estados Unidos renovaron su apoyo a Haití durante la conferencia internacional organizada en un hotel de Puerto Príncipe.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, que intervino mediante una videoconferencia, aseguró que su país continuará brindando de manera incondicional ayuda solidaria al país, y ofreció asistencia para la vacunación contra la Covid-19.
Por su parte, Canadá se comprometió con un importe adicional de 19,5 millones de dólares para la reconstrucción, que se suman a los 50 millones prometidos con anterioridad para ayudar con los desafíos de seguridad.
Estados Unidos contribuirá con 50 millones de dólares a la puesta en marcha de cinco proyectos en un periodo de igual número de años, y el Banco Mundial donará otros 194 millones.
El 14 de agosto un terremoto de 7,2 de magnitud tuvo como epicentro en Nippes en el suroeste de Haití, que afectó igualmente los departamentos Sur y Grand Anse.
Al menos dos mil 200 personas fallecieron y casi 13 mil resultaron heridas, mientras 130 mil viviendas, mil 250 escuelas y 95 centros de salud se destruyeron o sufrieron graves daños, según el balance oficial.
Las autoridades estiman que son necesarios unos dos mil millones de dólares para reconstruir la región en un periodo de cuatro años.
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