El portavoz del Ministerio de Defensa eslovaco, Stefan Zemanovic, confirmó el arribo este jueves de 200 soldados norteamericanos, lo cual se produce una semana después de que la presidenta de este país, Zuzana Caputova, ratificara un acuerdo de cooperación castrense con Washington.
Los militares estadounidenses participarán junto a otros tres mil efectivos en los ejercicios Steadfast Cobalt 2022 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tendrán lugar en territorio eslovaco del 1 al 14 de marzo.
El primer ministro Eduard Heger argumentó recientemente que el tratado con Estados Unidos “reforzará significativamente nuestra seguridad”, pero la oposición considera que compromete la soberanía nacional, pues posibilita la presencia permanente de tropas del Pentágono.
Incluso el fiscal general eslovaco, Maros Zilinka, apuntó que el mismo viola 35 cláusulas de la legislación de su país y pone en riesgo su independencia e integridad territorial.
En las protestas participan, según analistas, militantes de diversas fuerzas políticas y sociales, entre ellas el Partido Popular Nuestra Eslovaquia y Dirección-Socialdemócrata, mientras diversas encuestas muestran la desaprobación mayoritaria de la población a ese pacto.
Según el acuerdo, las fuerzas norteamericanas podrán utilizar durante 10 años las bases aéreas eslovacas de Malacky-Kuchyna y Sliac, a cambio de unos 100 millones de dólares que entregará Estados Unidos al Gobierno eslovaco para modernizar esas instalaciones.
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