Se estima que a menos 30 mil personas murieron de 1957 a 1986, periodo en el cual Papa Doc y Baby Doc gobernaron con mano de hierro, silenciaron a la disidencia e instauraron una guerrilla del terror conocida como los Tonton Macutes.
François murió en el cargo en 1971, y Jean Claude falleció de un ataque cardiaco en 2014, pocos años después de regresar a Haití, y aunque enfrentó demandas por crímenes contra la humanidad, torturas a sus opositores y malversación de fondos públicos, nunca cumplió condena.
Para sus víctimas la muerte de los dos dictadores no significa el fin del proceso legal, y piden a la justicia haitiana juzgar a los cómplices del régimen autoritario que aún permanecen con vida.
Ya varios de los que sufrieron torturas y detenciones arbitrarias, y cuyo testimonio se escuchó durante las audiencias que tuvieron lugar en esta capital en 2012 y 2013, fallecieron sin obtener justicia.
En 2018, un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos recordó la urgencia de procesar este expediente para evitar la impunidad general del régimen de Jean-Claude Duvalier.
Varios expertos denunciaron la opacidad y la lentitud del procedimiento, causadas por la insuficiencia de medios económicos, pero también por falta de presión política.
Por su parte, la muerte de Baby Doc redujo el interés mediático, mientras las interferencias políticas, y la resistencia de los aún seguidores del gobierno dictatorial, han terminado por bloquear la causa, argumentan.
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