De acuerdo con los datos recopilados por el Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades de esa instancia, desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 a la fecha, mil 315 defensores y líderes sociales murieron asesinados en el país.
En reciente entrevista con Prensa Latina, el director de Indepaz, Camilo González, explicó que el Acuerdo de Paz, rubricado por las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo y el gobierno de Juan Manuel Santos en representación del Estado, tiene las estrategias y los instrumentos más importantes para disminuir los niveles de violencia en Colombia.
No obstante, considera que, si bien es fundamental, no es suficiente porque debe completarse con herramientas de negociación con otros grupos, nuevas políticas y pasar la línea roja sin olvidar la importancia de ese histórico pacto.
Es que hay ahora otras problemáticas en el país: a la gran catástrofe generada por la pandemia, se suma el modelo extractivista que lleva a ocupar militarmente territorios al servicio de multinacionales. Ese modelo es ajeno a la paz y favorece los niveles de violencia, subrayó.
Recordó que en Colombia hay un modelo de violencia para ocupar zonas en beneficio de grandes intereses y si eso no se toca el país quedará a mitad del camino, incluso con la aplicación del Acuerdo de Paz.
La violencia que sigue copando cifras tienen lugar en medio de la campaña electoral con miras a los comicios legislativos del 13 de marzo y los presidenciales del 29 de mayo.
En su opinión, el escenario electoral es bastante incierto, sin embargo, las dinámicas políticas y sociales en el país demuestran que se fortalecen las alternativas democráticas y por la paz y se están debilitando las opciones de extrema derecha.
Considera que las grandes protestas ciudadanas de los últimos años se van a expresar en las urnas y, además, están las apuestas para que en Colombia se desarrollen procesos democratizadores como están ocurriendo en otras latitudes de América Latina.
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