Mediante un comunicado, el INAH señaló que se trata de una pérdida irreparable y recordó que Sánchez entregó lo mejor de su producción académica.
Además, se desempeñó como un funcionario eficiente, en puestos decisivos para la protección del patrimonio cultural del país como la presidencia del Consejo de Arqueología, añade el texto.
En los últimos años, estuvo al frente de la Coordinación Nacional de Arqueología.
La Secretaría de Cultura también expresó sus condolencias y lamentó la muerte de un eminente arqueólogo, gran investigador y comprometido colega.
A su vez, el director general del INAH, Diego Prieto, reconoció que, con su partida, ese organismo pierde a uno de sus mejores miembros, «excelente académico, funcionario y persona, con un gran sentido del humor y especial sensibilidad y compromiso con la institución y con el patrimonio arqueológico y cultural de México».
Sánchez señaló en el libro Arqueólogos a través del espejo que la investigación en su especialidad debe ser el impulso al atlas arqueológico nacional.
Pero no como un proyecto coyuntural, sino como una actividad permanente y de largo aliento, con recursos propios y vinculados al desarrollo del país, con metodologías homogéneas y un marco conceptual consensuado, indicó.
Avanzar en esa tarea -decía— «permitirá establecer prioridades de preservación e investigación, e incluso de aprovechamiento de ese recurso, con base en el conocimiento y el diagnóstico reales de los sitios arqueológicos».
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