De acuerdo con el informe elaborado de conjunto por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) y el Ministerio de Educación, se necesitan ajustes en la estrategia de la retención de los estudiantes en los centros docentes.
La investigación, que publica hoy el diario La Prensa, precisa que entre 2019 y 2020, un total de 100 mil infantes están ausentes de las aulas, de ellos 89 mil accedieron al sistema, pero no terminaron algún nivel educativo.
El estudio denominado Niñez fuera de la escuela y en riesgo de exclusión educativa en Panamá incluyó análisis de datos, la revisión de más de 150 documentos e investigaciones en campo en diferentes regiones del istmo.
También hallaron que 73 mil menores asisten a los planteles con dos años y más de la edad necesaria para el nivel de enseñanza correspondiente, y otros 119 mil con un año por encima de lo establecido, con mayor probabilidad de abandono.
De otra parte, plantea la existencia de un serio cuello de botella al pasar de primaria a la secundaria, en los que se intensifica la repitencia, manifiesta el abandono y un mayor movimiento de estudiantes entre regiones.
La pedagoga que lideró el estudio, Irene Kit, dijo que los resultados obtenidos entre 2019 y 2020 son una foto de una situación previa al cierre de las escuelas por la pandemia de la Covid-19.
Añadió que la cantidad de estudiantes fuera de la escuela demuestra que las autoridades no pudieron ver a tiempo los problemas que ocasionaron que estos niños no siguieran estudiando.
Para la experta posiblemente estos datos desmejoraron más por las condiciones durante la enfermedad y mencionó barreras que llevan a la exclusión, como la oferta insuficiente, contenido académico sobrecargado y difíciles transiciones de nivel educativo, entre otras.
A juicio de Francisco Trejos, especialista en educación de la Unicef, desde 2019 se trabaja con el objetivo de generar la evidencia y poder entender el abandono y el intento de abandono de las escuelas.
La respuesta que se plantea es llegar a una ruta de alerta y solución temprana, para que los educadores reconozcan cuándo un estudiante está en riesgo de abandonar la escuela.
La pesquisa identificó regiones, como las comarcas Ngäbe Buglé y Guna Yala y las provincias de Bocas del Toro y Coclé, entre otras, con indicadores de exclusión preocupantes.
La ciudad de Panamá concentra la mayor cantidad de niños y adolescentes en riesgo o excluidos del sistema educativo, agrega.
El próximo 7 de marzo inicia en Panamá el curso escolar 2022 de manera presencial con el desafío de recuperar una pérdida de aprendizajes hasta del 83 por ciento de los alumnos, tras permanecer casi dos años fuera de las aulas debido a la Covid-19.
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