La jefa de la diplomacia de Londres señaló este domingo que la situación en Ucrania podría transformarse en un conflicto entre la Alianza Atlántica y Rusia si no se logra parar a Moscú.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
El mandatario instó a los militares ucranianos a deponer las armas y advirtió a la comunidad internacional sobre la posibilidad de una respuesta inmediata en caso de intentos de intervención externa en en el conflicto.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques están dirigidos a infraestructuras militares, instalaciones de defensa aérea, aeródromos y la aviación militares. Subrayó que la población civil de Ucrania no está amenazada.
En respuesta, el Gobierno de Ucrania rompió relaciones diplomáticas con Moscú, decretó la ley marcial en el país, reclamó ayuda financiera y humanitaria a la comunidad internacional, a la vez que exigió sanciones y “aislar por todos los medios y formatos” a Rusia.
Por su parte, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea impusieron nuevas sanciones a Rusia, apuntando contra los máximos representantes del Estado y el Gobierno y a sectores clave del comercio, las finanzas, la energía y las exportaciones.
Putin manifestó que Rusia no planea ocupar territorios ucranianos, sino defender el derecho de los pueblos de Ucrania a la autodeterminación.
Asimismo, reiteró que Moscú no puede permitir que Kiev adquiera armas nucleares y se siga militarizando, lo que constituye un peligro para la seguridad del país.
Subrayó que la continua expansión de la OTAN hacia el este resulta inaceptable para Rusia.
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