El cierre total del “tube”, como llaman los británicos al servicio subterráneo utilizado a diario por unos cinco millones de personas, obligó a los londinenses a buscar vías alternativas para llegar a su destino en la hora punta de la mañana de este martes.
En imágenes divulgadas por la prensa local y en las redes sociales mostraban largas filas en las estaciones y paradas de autobuses, mientras que Uber, el sistema de transporte privado alternativo a los taxis tradicionales, aprovechó la alta demanda para aumentar la tarifa en casi 40 dólares.
Según adelantó la directiva del sindicato que representa a los trabajadores ferroviarios, marítimos y del transporte (RMT), la huelga total podría repetirse el jueves, con interrupciones parciales este miércoles y el viernes.
El gremio asegura que la administración del transporte de Londres (TfL) planea despedir a entre 500 y 600 empleados de las estaciones del metro y afectar las pensiones para reducir costos y ayudar a paliar la falta de financiamiento por parte del gobierno central.
La huelga en el metro de Londres coincidió con un incremento del cinco por ciento en el precio del transporte público en la capital del Reino Unido, una decisión que según el alcalde de la ciudad, el laborista Sadiq Khan, fue necesario tomar ante la negativa del gobierno conservador a ayudar al servicio municipal a recuperarse del impacto de la pandemia de Covid-19.
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