La medida rige desde el pasado día 28 cuando fueron evacuadas cinco personas, incluido el embajador, según un comunicado difundido por la agencia de noticias rusa Sputnik.
Esa acción se inscribe dentro la postura de la Unión Europea (UE) y Occidente y sucede tras el reconocimiento por parte de Moscú de la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y el envío de tropas más tarde a la región del Donbass para garantizar la integridad en esos territorios fronterizos, según el Kremlin.
Dicha decisión provocó reacciones desde la UE que, de forma casi unánime, anunció una escalada de sanciones contra Rusia.
De su lado el ejecutivo de la nación euroasiática reiteró que la presencia de sus efectivos en el país vecino no está dirigida contra ciudades ucranianas ni pone en peligro a la población civil, sino que busca inutilizar la infraestructura bélica.
Pero varios gobiernos europeos se apresuraron a evacuar sus sedes diplomáticas en Kiev y aumentaron los efectivos militares en la zona.
El Gobierno ucraniano estima que cinco millones de personas, casi la décima parte de la población nacional, podrían abandonar el país durante el conflicto.
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