Los delitos contra la vida silvestre y el medioambiente, en general, constituyen desafíos globales, que refieren el incremento de la colaboración internacional, subrayó el foro celebrado en esta capital.
Según recordó el canciller de Angola, Téte António, los estados miembros de la CPLP suscribieron el compromiso de construir y fortalecer un futuro común sustentable, y ello contempla la afirmación de políticas conducentes a una transición climática justa e inclusiva.
Las prácticas del multilateralismo deben favorecer las labores de mitigación y adaptación frente a las alteraciones climáticas y la preservación medioambiental, consideró el ministro de Relaciones Exteriores.
Con la presente reunión en Luanda, Angola asumió la dirección pro tempore de la Conferencia de ministros de Justicia de la CPLP, bajo la óptica de promover la cooperación jurídica y judicial para contrarrestar los crímenes ambientales y en particular, contra la vida salvaje, confirmó Téte António.
Como fenómeno global, recordó, se trata de un entramado de conductas lesivas al ambiente, que benefician a individuos, grupos y empresas, mientras ponen en peligro el mantenimiento de la paz, la seguridad nacional y el desenvolvimiento sustentable de los estados.
La Conferencia de los titulares de Justicia de la CPLP tuvo su origen en un acuerdo de cooperación, suscrito en septiembre de 1992, en Santo Tomé y Príncipe.
Actualmente forman parte de la entidad ocho estados, a saber, Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Portugal, Santo Tomé y Príncipe y Timor-Leste.
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