La víspera la Cámara de Diputados aprobó por 73 votos a favor, 41 en contra y cinco abstenciones, prorrogar por otra quincena la militarización en las regiones de Biobío y La Araucanía, escenario de un conflicto por el reclamo de las comunidades autóctonas de la devolución de sus tierras ancestrales.
Ante el pleno de la cámara baja, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, justificó la medida con el objetivo de garantizar la «protección y la tranquilidad» a los ciudadanos de esa zona, donde ocurren con frecuencia episodios de violencia rural.
Sin embargo, la diputada del Partido Socialista y representante del pueblo mapuche, Emilia Nuyado, denunció que el estado de excepción agudizó la crítica situación de las familias en el Wallmapu (territorio indígena) y criticó al gobierno de Sebastián Piñera por la incapacidad de dialogar con la ciudadanía y las organizaciones del territorio.
“La única mirada que ha tenido el Estado ha sido criminalizar, perseguir y discriminar a todas las familias del pueblo mapuche”, dijo Nuyado, en declaraciones publicadas por Radio Universidad de Chile.
De ser aprobada en el Senado, la militarización en la macrozona sur estará vigente hasta el 25 de marzo y continuará el despliegue en la región de las Fuerzas Armadas en apoyo a las operaciones policiales.
El jefe de bancada del Partido por la Democracia, Raúl Soto, criticó la decisión del ejecutivo de Piñera de extender la emergencia, al considerar necesario darle una oportunidad al gobierno entrante de presentar soluciones distintas para abordar la problemática.
“Creo que si seguimos haciendo más de lo mismo, vamos a tener el mismo resultado y, por lo tanto, no creo que sea el camino insistir solamente con el estado de excepción”, afirmó.
En varios de sus discursos, el presidente electo, Gabriel Boric, prometió priorizar el diálogo y no la militarización para resolver los problemas en ese territorio.
Sin embargo, su ministra del Interior, Izkia Siches, generó dudas cuando en recientes declaraciones aseguró que espera no utilizar el estado de excepción durante su mandato, pero “nada está escrito en piedra”.
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