De acuerdo con el documento la economía global ha experimentado la peor recesión en 90 años, y los segmentos más vulnerables de las sociedades son los más afectados de una manera desproporcionada.
Por la crisis económica y sanitaria se estima que se han perdido 114 millones de puestos de trabajo y alrededor de 120 millones de personas volvieron a sumirse en la pobreza extrema, precisa el texto.
Al respecto, plantea que más de 60 agencias internacionales piden dedicar fondos para reconstruir un mundo más justo tras la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19, para lo cual se necesita una acción política inmediata con el objetivo de evitar una década perdida en el desarrollo de muchos países.
‘Lo que esta pandemia ha demostrado más allá de toda duda es que ignoramos la interdependencia que todos tenemos a nivel mundial y lo dejamos a nuestro propio riesgo. Los desastres no respetan las fronteras nacionales’, dijo la subsecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, al dar a conocer el texto.
Agregó que en un mundo divergente es una catástrofe para todos, y en el interés económico de todos es moralmente correcto ayudar a los países en desarrollo a superar esta crisis.
La ONU también considera que la cifra histórica de 16 billones (millón de millones) de dólares en fondos de estímulo y recuperación destinados a la crisis por la Covid ayudaron a evitar los peores efectos, pero menos del 20 por ciento de esa suma se gastó en países en desarrollo.
Precisa el informe que la pandemia ha disparado los niveles de deuda y que la situación en las naciones más pobres es profundamente preocupante y podría retrasar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 otros 10 años más.
En tal sentido la ONU recomienda rechazar el nacionalismo de las vacunas y aumentar las contribuciones al Acelerador de herramientas de acceso para cerrar la brecha de financiamiento de más de 20 mil millones de dólares que se necesitan en 2021.
También reclama cumplir el compromiso de ayuda oficial al desarrollo del 0,7 por ciento del PIB y proporcionar nueva financiación en condiciones favorables para las naciones en desarrollo, especialmente los menos adelantados, además de apoyar el alivio de la deuda con vistas a combatir a la Covid-19 y sus consecuencias económicas y sociales.
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