En la tercera y última jornada del foro virtual sobre desarrollo organizado por la Cepal, la directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Claudia Uribe, afirmó que estamos en presencia de la mayor crisis educativa del mundo.
Millones de nuestros niños y niñas no adquirieron los aprendizajes mínimos necesarios para poder participar de manera productiva en nuestra sociedad, ello por supuesto tendrá grandes repercusiones sobre el futuro de esta generación, acotó Uribe.
Pese a los enormes esfuerzos gubernamentales para dar continuidad a la educación a través de múltiples modalidades a distancia, muchísimas niñas y niños no pudieron optar por estas variantes por carecer de los recursos y medios digitales.
A las limitaciones en la enseñanza, dijo, se sumaron las dificultades para acceder a muchos servicios sociales del Estados que se acercan a la población a través de las escuelas como la alimentación escolar, servicios de salud preventiva o la detección de variadas condiciones que pueden afectar el desarrollo permanente de no antenderse de manera temprana.
Pero de manera particularmente cruel, aseveró, actuó contra los más pequeñitos, las niñas las mujeres, los más pobres y los más vulnerables, puso en pausa no solo trayectorias escolares sino de vida, sueños y esperanzas.
Millones de niños y jóvenes permanecieron sin clases presenciales durante prácticamente ciclos escolares completos, remarcó.
Otras dimensiones del impacto de la pandemia por el cierre de las escuelas se aprecian en la salud mental, embarazo, o violencia de género.
Existen consecuencias, alertó, que solo veremos en el largo plazo, pero no hay duda de su severidad en un sistema de educacion que ya tenia fisuras.
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