Tal dictamen es dado a conocer tras el análisis en 2021 de aguas residuales en 75 ciudades de 25 países del llamado Viejo Continente.
Se buscaba detectar la presencia de trazas de cuatro drogas estimulantes ilegales: cocaína, anfetamina, metanfetamina, MDMA/éxtasis), así como el cannabis.
“Los datos más recientes muestran que la cocaína, aun siendo la droga más importante en las ciudades de Europa occidental y meridional, se encuentra cada vez más en las urbes de Europa oriental”, subraya el informe.
Del mismo modo, la metanfetamina, históricamente concentrada en Chequia y Eslovaquia, se encuentra ahora en ciudades de toda Europa, precisó el texto.
En concreto, en 2021, más de la mitad de las ciudades registraron aumentos de los residuos de cocaína en comparación con los datos de 2020.
También fueron detectados residuos de crack en las trece ciudades europeas incluidas en el estudio, con las mayores concentraciones de cocaína en Ámsterdam y Amberes.
“La metanfetamina, tradicionalmente concentrada en Chequia y Eslovaquia, está ahora presente en Bélgica, Chipre, el este de Alemania, España, Turquía y en varios países del norte de Europa (por ejemplo: Dinamarca, Lituania, Finlandia y Noruega”, puntualiza el informe.
“El nivel de residuos de anfetamina siguió variando entre las ciudades, registrándose las mayores concentraciones en las del norte y el este de Europa (Suecia, Bélgica, Países Bajos y Finlandia)”, señala el texto.
Las mayores concentraciones del metabolito del cannabis se detectaron en urbes europeas occidentales y meridionales, en particular en Croacia, Chequia, España, Países Bajos, Eslovenia y Portugal.
Los resultados demuestran un aumento y propagación de la mayoría de las sustancias estudiadas, lo que refleja un problema con las drogas en Europa que es a la vez generalizado y complejo.
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