Tras la comparación de observaciones recientes con huevos centenarios conservados en colecciones de museos, los expertos determinaron que cerca de un tercio de las especies con nidos en Chicago, aceleraron la puesta de huevos en un promedio de 25 días frente a los datos de hace 100 años.
El estudio, divulgado en la publicación Journal of Animal Ecology, combinó un conjunto de datos antiguos y modernos hasta abarcar las tendencias durante un lapso de 120 años, lo que contribuyó a responder interrogantes sobre cómo las perturbaciones climáticas afecta la evolución de las aves.
Los investigadores consideraron el cambio climático como una posible causa para los cambios asociados a la anidación pero, ante la inexistencia de datos de temperatura consistentes para la región en el periodo a estudiar, recurrieron a la presencia del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, cuya documentación resultó suficiente.
La cantidad de CO2 a lo largo del tiempo se evidencia claramente en tendencias de temperatura más grandes, y los investigadores encontraron que también tenía una relación directamente proporcional con los cambios en las fechas de puesta de huevos.
“El cambio climático global no ha sido lineal durante este período de 150 años y es posible que las especies hayan experimentado un comportamiento parecido. Por eso, incluimos tendencias lineales y no lineales en nuestro modelo y vimos cómo los datos simulados eran muy similares a los observados», reveló uno de los investigadores, Mason Fidino.
Las colecciones de huevos son una herramienta fascinante para que aprendamos sobre la ecología de las aves a lo largo del tiempo, expresó por su parte John Bates, autor principal del estudio y curador de aves en el Field Museum de la ciudad de Chicago.
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