El jugador de 23 años pasó del anonimato a sacar la cara por los jugadores de su país en el segundo torneo Masters 1000 del circuito ATP del actual año, y su presencia en las semifinales resulta motivo de alegría pero también de asombro.
Su historia, junto a la del prometedor español Carlos Alcaraz, resulta de las más interesantes en la lid miamense, toda vez que nadie esperaba que un tenista que hace menos de dos meses no estaba entre los 100 primeros del ranking mundial, avanzara hasta la penúltima ronda.
De los dos hermanos, el menor Juan Manuel, de 20 años, llegaba con mejor cartel, pero ambos se las arreglaron para avanzar a la tercera fase y convertirse en la tercera pareja de la historia que lo logra en este torneo.
Antes lo habían logrado Emilio y Javier Sánchez Vicario, en 1988, 1990 y 1991 y Olivier y Christophe Rochus, en 2006.
Pero Francisco ya aseguró aparecer en el puesto 51 del escalafón mundial tras eliminar, en ese orden, a Tallon Griekspoor, Reilly Opelka, Gael Monfils, Frances Tiafoe y Jannik Sinner, este último en cuartos de final.
Esa será la tercera mejor ubicación para un argentino después de Diego Schwartzman (16) y Federico Delbonis (35).
Al mayor de los Cerúndolo le espera ahora en la antesala a la discusión de título el noruego Casper Ruud, verdugo del alemán Alexander Zverev por 6-3, 1-6 y 6-3.
Si pasa a la final igualará el mejor resultado de un jugador de su país en el evento, luego de que Alberto Mancini (1992) y Guillermo Coria (2004 y 2007) se quedaron a las puertas del trofeo.
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