Kiev opina que con sus propuestas presentadas en la reunión del 29 de marzo pasado en la ciudad turca de Estambul, la mesa está servida para arreglar el conflicto en un encuentro entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo ucraniano, Vladimir Zelensky.
Sin embargo, el jefe de la delegación rusa en el diálogo, Vladimir Medinski, ratificó la posición de Moscú: primero hay que evaluar el documento ucraniano, la parte rusa emitiría una respuesta al respecto, y en base a nuevas negociaciones se podría hablar de una cumbre bilateral.
Para el también asesor presidencial ruso, aún queda un largo camino por recorrer para preparar un acuerdo que sea aceptable para ambas partes.
El reconocimiento del estatuto de Crimea y de las repúblicas populares de Donbass aparece como la piedra en el zapato, mientras el Kremlin sostiene que su posición al respecto no cambió, por lo que el tema sigue siendo prioridad entre las condiciones planteadas por Rusia.
En declaraciones al periódico Izvestia, el director del programa del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, Iván Timoféyev, manifestó que existe la posibilidad de un encuentro Putin-Zelensky antes, pero primero tendrían que estar conciliados todos los parámetros del acuerdo.
“Una reunión que no conduzca a nada es inaceptable para el líder ruso”, subrayó el analista, quien consideró que gran parte de la puja en las negociaciones depende de los logros en el campo de batalla.
“Kiev podría presentar el reagrupamiento de las fuerzas rusas como una especie de victoria. Rusia, por su parte, emprenderá ahora esfuerzos posiblemente más activos en Donbass. En caso de éxito, Moscú también podría endurecer su posición. Por lo tanto, será difícil alcanzar compromisos por el momento”, opinó.
Como otros expertos, Timoféyev estima que Moscú y Kiev tienen la posibilidad de acercar sus posturas en los temas de neutralidad, de no alineación a bloques militares y de garantías de seguridad de Ucrania, elementos que fueron parte de sus propuestas presentadas.
También incluyen la prohibición de la producción y despliegue de todo tipo de armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, químicas y bacteriológicas.
Otro punto clave es la negativa del país a colocar bases militares extranjeras, contingentes y de realizar ejercicios militares en territorio nacional sin el consentimiento de Estados garantes, incluido Rusia.
Sin embargo, los compromisos sobre el reconocimiento de la reunificación de Crimea como parte de Rusia, y de la independencia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, con sus fronteras de 2014, no quedan resueltos en el escrito entregado por el equipo de Zelensky.
Mañana se cumple una semana de que la parte ucraniana mostrara sus cartas en la reunión de Estambul. Esperemos que la próxima movida de Moscú anuncie el preludio del fin del conflicto bilateral y de la esperada paz entre Rusia y Ucrania.
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