De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), esta variación fue mayor en 2,80 que la reportada en el mismo periodo del año anterior, cuando fue de 1,56 por ciento.
Según reseñó el organismo en un comunicado, la variación de los últimos 12 meses, fue del 8,53 por ciento, un crecimiento exponencial de 7,02 puntos porcentuales frente al mismo periodo anterior.
La variación anual de las divisiones alimentos y bebidas no alcohólicas, y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, influyó en este comportamiento del IPC.
La entidad puntualizó que los alimentos y las bebidas no alcohólicas tuvieron una inflación del 25,37 por ciento en los últimos 12 meses, y los productos que más incrementaron su precio fueron la papa (110,22 por ciento), yuca (85,14 por ciento) y plátano (82,57 por ciento).
En 2021, Colombia cerró con una inflación de 5,62 por ciento y para este año el Banco de la República prevé que la variación del IPC se ubique en tres por ciento.
La Junta Directiva del Banco de la República, en un informe de rendición de cuenta al Congreso y a la ciudadanía, señaló que el reto más exigente que actualmente enfrenta es el control de la inflación.
Precisó en el documento que, luego de reducirse al 1,61 por ciento en 2020 como resultado del debilitamiento de la demanda, a partir de mayo de 2021 adquirió una tendencia creciente que la llevó al 5,62 por ciento al cerrar el año.
Esta tendencia continuó durante los dos primeros meses de 2022 hasta alcanzar 8,01 por ciento en febrero. A diferencia de episodios inflacionarios del pasado, que en su mayor parte obedecieron a fenómenos climáticos, en esta ocasión la principal causa del incremento de la inflación ha sido de origen externo, lo que la ha hecho especialmente impredecible, aseguró el Banco.
Esta presión externa tuvo origen en el fuerte repunte del crecimiento de la economía mundial, que sobrepasó la respuesta de numerosos sectores productivos afectados por la pandemia y desbordó las capacidades logísticas de transporte marítimo y almacenamiento, precisó.
Este fenómeno generó un alza significativa de los fletes de transporte internacional, lo que, junto con otros factores, afectó las cadenas de suministro mundial.
Como resultado, se produjo un incremento generalizado de los precios de insumos agrícolas, industriales y de bienes básicos que ha sido más persistente de lo inicialmente previsto y terminó por transmitirse a los precios al consumidor.
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