Por Waldo Mendiluza
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Francia
Todas las encuestas coinciden en proyectar la reedición, el 24 de abril, del balotaje del 2017, cuando el líder de La República en Marcha arrasó con el 66 por ciento de los sufragios a la heredera del Frente Nacional fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, movimiento rebautizado Agrupación Nacional poco después del estrepitoso fracaso electoral.
Entonces, Macron contó con el beneficio de un “frente republicano” creado de cara a los comicios para impedir el triunfo de la ultraderecha en la segunda ronda.
Este es un escenario que pudiera repetirse ahora, aunque el oficialismo no parece capaz de convencer un lustro después a tantas personas de la alegada conveniencia de mantener a la familia Le Pen lejos del Palacio del Elíseo.
Así y todo, el presidente saliente llegaría al balotaje con ventaja para reelegirse frente a la diputada de 53 años, quien realiza su tercer intento de alcanzar el poder y para ello moderó su discurso, en aras de minimizar el impacto que causan las etiquetas de antiinmigrante y antieuropea que la acompañaron en 2017.
De acuerdo con la encuesta del Instituto Elabe publicada el 5 de abril, el jefe de Estado seguiría en el Elíseo por otros cinco años, gracias al 53 por ciento de las intenciones de voto, mientras una pesquisa de Harris Interactive reflejó un día antes un duelo mucho más cerrado, 51,5-48,5, aunque igual inclinado hacia el mandatario.
Para el diario Le Figaro, el campo de Macron se siente cómodo con el escenario proyectado en los sondeos, por lo que desde ya el joven político lanza dardos a su eventual y conocida rival, sin olvidar que antes hay una primera ronda a superar.
En ese sentido, el mandatario instó a los franceses a principios de abril en Nanterre, en las afueras de París, a decidir entre “la Francia unida” y “el gran retraso en el crecimiento”, o entre “la fuerza silenciosa” y “lo políticamente abyecto”.
Asimismo, defendió durante un desplazamiento a la localidad de Spézet, en el noroccidental departamento de Finisterre, la visión de una Francia bien ligada a la Unión Europea frente a desafíos como el energético, el agrícola, el climático y el de la seguridad.
Y fustigó a quienes a su juicio pretenden “darle la espalda a Europa” y en particular a Le Pen con su cuestionamiento a la libre circulación dentro del espacio Schengen.
Hasta principios de marzo, Macron se vio beneficiado por el llamado “efecto bandera”, el respaldo que la población otorga a un líder en tiempos de crisis, en este caso el conflicto en Ucrania.
Pero las consecuencias económicas de esa confrontación sugieren que tal efecto se desinfla, hipótesis avalada por la pérdida de unos seis puntos en las encuestas de las últimas semanas.
Le Pen apela a la prudencia y evita cometer errores en su discurso, y a pocos días de las elecciones del 10 de abril descontó la otrora amplia ventaja, que según el estudio del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) se redujo el 6 de abril a solo cuatro unidades, al subir la candidata ultraderechista a 23 por ciento de apoyo y bajar su rival a 27.
“Yo haré de Francia una potencia de equilibrio entre los grandes bloques y al servicio de la paz”, escribió en Twitter la jefa de Agrupación Nacional, quien también intenta enamorar a los ciudadanos con la promesa de reducir el impuesto de los combustibles, un producto que cuesta más caro como resultado del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
¿Y SI NO HAY OTRO MACRON-LE PEN?
A las puertas de la primera vuelta, Francia se encuentra en una carrera con tres aspirantes distanciados del resto, ya que el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, renació con su llamado al “voto útil” de la izquierda.
Asimismo por sus propuestas sociales, superando un 16 por ciento de apoyo en algunos sondeos, entre ellos el divulgado por el IFOP.
El también ultraderechista Éric Zemmour y la conservadora Valérie Pécresse parecen a estas alturas fuera de las opciones de balotaje, al caer ambos por debajo de un 10 por ciento de las intenciones de voto, aunque no pocos advierten sobre el riesgo de tener una fe ciega en las encuestas, las cuales no siempre coinciden con la realidad.
Estimulado por el alza, Mélenchon expresó su seguridad de que una nueva batalla Macron-Le Pen no tendrá lugar.
“Yo creo que cuento con una seria probabilidad de llegar (al balotaje) y que el señor Macron debería preguntarse si realmente él lo logrará. Miren las curvas”, declaró a Sud Radio.
Esto, en alusión a la tendencia evidenciada desde mediados de marzo en los estudios de opinión, en los que progresan Le Pen y Mélenchon, mientras el jefe de Estado retrocede, aunque sin ceder la punta.
Para el canal BFM TV, si bien la reedición el 24 de abril del duelo Macron-Le Pen constituye la hipótesis privilegiada, existen varios elementos a considerar con peso para no descartar un cambio en el desenlace.
Una de las cuestiones citadas por la cadena es el impacto del abstencionismo, proyectado en hasta un 31 por ciento de los cerca de 49 millones de franceses inscritos en el padrón, cifra que dejaría atrás la ausencia a las urnas de hace un lustro, cuando en la ronda inicial cerró en un 22,2 por ciento y en un 25,4 en la segunda.
Según BFM TV, una alta tasa de abstención perjudicaría a Le Pen, cuyo electorado es más propenso a ese comportamiento, el cual tal vez explique el pobre resultado de la extrema derecha en los comicios regionales del 2021.
Otra situación que podría cambiar el rumbo de las elecciones es la ocurrencia de un hecho inesperado con un fuerte impacto en la mente de las personas.
Al respecto, la televisora recordó el rostro golpeado de un septuagenario atacado con violencia por dos ladrones a escasos días de las presidenciales del 2002, suceso que supuestamente habría conducido a Jean-Marie Le Pen y su visión sobre la seguridad ciudadana a la segunda vuelta, pese a llegar a los comicios por detrás en las encuestas de Lionel Jospin y Jacques Chirac.
Menos creíble, pero no descartable, es la tesis del voto subestimado a favor de Zemmour, a quien los medios de prensa y los entendidos otorgan escasas posibilidades.
El análisis de BFM TV también valoró la irrupción de Mélenchon en el balotaje, gracias a su convocatoria al “voto útil” dentro de una izquierda fragmentada con varios candidatos.
La suma del apoyo a aspirantes como el ecologista Yannick Jadot (cuatro-cinco por ciento), el comunista Fabien Roussel (tres) y la socialista Anne Hidalgo (2,5) genera un potencial de doble dígito, por lo que si el líder de La Francia Insumisa logra convencer a una parte de esos votantes, sus opciones aumentarían.
Mélenchon ofrece además una salida social a las preocupaciones de indecisos y de personas decepcionadas de una clase política responsable de la pérdida del poder adquisitivo, sin dudas la principal inquietud de los franceses de cara a las presidenciales. arb/wmr
