En una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Organización del Tratado Atlántico Norte, Szijjarto aclaró que esa negativa es referente en particular al suministro de combustible para la central nuclear de Paks en su país. La introducción de algún tipo de prohibiciones y sanciones en el campo de la energía nuclear es una línea roja para el Gobierno húngaro, pues ve su tarea principal en garantizar la seguridad energética del país, consideró el titular.
En este sentido Szijjarto recordó que la central nuclear, construida con tecnologías soviéticas y con el uso de combustible ruso, aporta el 49,6 por ciento de la producción y más de un tercio del consumo eléctrico de Hungría.
Recientemente el Gobierno señaló que el 85 por ciento del gas consumido en el país es ruso, mientras en igual por ciento de hogares se utiliza gas y el combustible nacional, producidos a partir del petróleo, 64 por ciento del cual también proviene de Rusia.
A finales del año pasado el país magiar firmó dos contratos a largo plazo con la compañía rusa Gazprom, que contemplan el suministro de un total de cuatro millones 500 mil de metros cúbicos de combustible por año.
El acuerdo está diseñado para 15 años y puede ser revisado 10 años después del inicio de la implementación, mientras que los oleoductos pasan por Serbia y Austria, sin tocar territorios ucranianos.
Tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania y en respuesta a la política hostil de Occidente, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó a principio de este mes transferir los pagos en rublos por el suministro de gas a países «inamistosos».
Esta medida provocó inestabilidad en el mercado de los hidrocarburos en algunos países de la región.
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