Tener una nacionalidad no es un privilegio, es un derecho humano, subrayó Guterres por medio de su cuenta oficial en Twitter.
Sin nacionalidad, las personas se enfrentan a la exclusión de la educación, la atención médica y el empleo legal, lamentó el máximo responsable de la ONU.
De acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, en el mundo hay por lo menos 12 millones de personas que son consideradas apátridas.
Un apátrida es alguien “que no está reconocido como ciudadano de ningún Estado, de conformidad con la legislación vigente”.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma de manera inequívoca que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad” y que a nadie se privará arbitrariamente de ello.
Cuando alguien carece de esa prerrogativa puede verse imposibilitado de asistir a la escuela, acudir a la consulta de un médico, obtener un empleo, abrir una cuenta de banco o incluso contraer matrimonio.
En ese sentido, los estados deben cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos en lo relativo a la concesión y la pérdida de la nacionalidad.
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