‘Hay personas que resultaron heridas, casas que fueron incendiadas, pero es difícil ahora mismo tener un recuento’, dijo Pierre Esperance, al frente de la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos, antes de señalar que mucha gente se vio obligada a abandonar la zona.
Los sucesos ocurrieron en Bel Air, un área muy cercana al Palacio Nacional, y calificada como bastión de la oposición.
El de la víspera es el tercer gran ataque en la comuna en menos de dos años, a manos de la pandilla del expolicía Jimmy Chérizier, conocido como Barbecue.
De hecho, este viernes Barbecue confirmó la autoría del ataque en una conferencia de prensa, y aseguró que fue una respuesta a las acciones cometidas contra su grupo, integrado por nueve bandas de Puerto Príncipe.
En 2018, el exagente fue inculpado junto al entonces director general del Ministerio del Interior, Fednel Monchery, como autores de una masacre en el barrio La Saline, situado en las inmediaciones de la Asamblea General (parlamento), que segó la vida a decenas de personas.
Para Marie Yolene Gilles, de la Fundación Je Klere, los hechos del jueves pretendían romper la resistencia de Bel Air y disuadir a los residentes para que no se unan a las protestas antigubernamentales.
‘El ataque en Bel Air es una repetición de una serie de ataques de bandas cercanas al poder que se han hecho contra Bel Air. Quieren tomar el control de Bel Air e impedir que los que se resisten al gobierno lo hagan’, dijo a la prensa.
Hasta el momento las autoridades no se pronunciaron, a pesar de que las perturbadoras imágenes de los hechos circulan a través de las redes sociales.
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