El gobernante conservador fue sancionado la semana pasada por participar en una fiesta de cumpleaños organizada en su honor por su esposa Carrie en la residencia de Downing Street en junio de 2020, cuando el país se encontraba bajo medidas estrictas de distanciamiento social debido a la pandemia.
Junto a Johnson, quien según versiones asistió a varias fiestas ilegales durante la cuarentena, los investigadores también multaron con 50 libras esterlinas (65 dólares) a su cónyuge, al ministro de Hacienda, Rishi Sunak, y a medio centenar de personas más.
La oficina del primer ministro adelantó que este se disculpará ante los diputados en su primera comparecencia en el Parlamento tras el receso por Semana Santa, pero que es poco probable que entre en detalles sobre el caso.
Por supuesto que hablará sobre la multa porque se impone que lo haga, pero no hará públicos los detalles de la investigación policial aún en curso, afirmó una fuente de Downing Street citada por el diario The Telegraph.
En su lugar, apuntó el periódico, Johnson tratará de desviar la atención del llamado partygate y concentrará su discurso en la situación en la guerra ruso-ucraniana, en los planes del gobierno de enviar a Ruanda a los emigrantes que llegan al país a través del canal de La Mancha, y en la crisis provocada por el alto de la vida.
Versiones de prensa afirman, sin embargo, que el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, podría permitir que se someta a votación una moción promovida por la oposición en la que se acusa al primer ministro de mentirle al Parlamento sobre su participación en las fiestas celebradas en Downing Street durante la cuarentena.
A raíz del escándalo, Johnson aseguró a los diputados y al público británico que jamás violó las reglas impuestas para evitar la propagación de la Covid-19 y que siempre pensó que se trataba de eventos de trabajo.
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