De acuerdo con el documento de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), hace décadas, la agencia se dedica a las investigaciones desde el espacio de la Tierra y así ayuda a protegerla.
En la reseña divulgada este viernes, resaltó los aportes de instrumentos a bordo del satélite Nimbus 7, que en 1985 confirmaron lo que científicos en tierra acababan de descubrir: el ozono, un gas en la atmósfera que bloquea los rayos ultravioletas provenientes del Sol, se estaba agotando.
“Desde el espacio, se pudo ver que el adelgazamiento severo de la capa de ozono estaba ocurriendo en todo el continente antártico. Se comenzó a hablar del célebre agujero de ozono”, detalló el informe.
Pocos años después del hallazgo nacía el Protocolo de Montreal, recalcó la entidad, mediante el cual las naciones participantes acordaron restringir el uso de los productos que la dañaban.
La protección de la capa de ozono ha evitado que el planeta se caliente 0,85 grados Celsius adicionales, y a proteger la vegetación de la Tierra.
“Nuestro entendimiento del cambio climático es en gran parte gracias a la capacidad de observar de forma satelital estos cambios a gran escala, dijo Laura Delgado López, analista de política pública en la Oficina de Tecnología, Política y Estrategia en la sede de la NASA en Washington.
Destacó las misiones del programa Landsat, una serie de satélites de la NASA y el Servicio Geológico de los Estados Unidos que acaba de cumplir medio siglo.
Los satélites Landsat ayudan a proporcionar a sus usuarios en todo el mundo información esencial sobre la salud de los cultivos, el uso de la irrigación, la calidad del agua, la gravedad de los incendios forestales, la deforestación, el retroceso glacial, la expansión urbana y más, añadió la experta.
Hoy, la NASA desarrolla una nueva generación de satélites, apodada Observatorio del Sistema Terrestre, que seguirán guiando sus esfuerzos relacionados con el cambio climático, la mitigación de desastres naturales, el combate de incendios forestales, y la mejora de los procesos agrícolas en tiempo real.
Esas herramientas se complementarán entre sí para crear una vista en 3D de la Tierra y seguir profundizando nuestro conocimiento sobre ella.
A su vez, la agencia espacial potencia la exploración de otros mundos del sistema solar con telescopios, orbitadores, sondas, rovers y, más adelante, seres humanos, también nos ayuda a hacer predicciones sobre el futuro de nuestro planeta.
“Enviar astronautas a la superficie de otro planeta nos ayudará a reconstruir detalles del clima de la Tierra y su historia geológica. Y esa información contribuirá a tener una visión más clara de lo que se avecina”, señaló el texto.
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