“En reunión con la #COB acordamos para 2022 un aumento salarial de 4 por ciento al mínimo nacional y 3 por ciento al haber básico”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
“Con mucho trabajo, esfuerzo y en unidad con el pueblo boliviano –añadió en el tuit-, volvimos a la senda del crecimiento y reconstrucción económica; debemos cuidar lo que hemos logrado”.
Arce subrayó en declaraciones a la prensa en la Casa Grande del Pueblo (sede del ejecutivo) que esas negociaciones son arduas y duras, pero siempre terminan en acuerdos positivos para todos.
Durante la intervención, junto a Juan Carlos Huarachi, líder de la COB, y su Comité Ejecutivo, el jefe de Estado reconoció la madurez de la dirigencia sindical.
El aumento acordado significa una mejora respecto a la inicial contrapropuesta que ofrecía 1,5 por ciento al haber básico y similar porcentaje al mínimo nacional.
Con anterioridad, Huarachi rechazó ese ofrecimiento y dijo que la última palabra sobre el incremento surgiría de una reunión política con el mandatario.
El incremento surtirá efecto a partir de su inscripción en un decreto supremo, que como resulta tradicional en Bolivia será publicado el 1 de mayo, Día del Trabajador.
La medida contrasta con lo expresado en los últimos días por voceros del sector empresarial, quienes rechazaron cualquier acrecentamiento.
Al justificar esa posición los portavoces aludieron a un posible efecto negativo sobre la estabilidad laboral en momentos de un proceso de reactivación tras la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19.
Sin embargo, Huarachi elogió el acuerdo y reafirmó que los trabajadores apoyan a la administración encabezada por Arce.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, por su parte, sostuvo que los grandes empresarios “echan el grito al cielo” cuando se trata de mejorar los salarios, pero para detener la producción por fines políticos “parece que hay billetera”.
Recordó que en 2019, durante el golpe de Estado de cuarta generación contra el presidente Evo Morales, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) y su titular, Fernando Hurtado, se sumaron a las protestas.
Añadió que no todos, pero una importante gama de grandes empresarios fueron capaces de “frenar, detener la producción, las ventas y utilidades cuando tienen fines políticos”.
Criticó Montenegro en declaraciones a Cadena A el rechazo anticipado de los hombres de empresa a cualquier mejora salarial, y subrayó que “cuando tienen que reponer el poder adquisitivo, que no se ha dado por dos gestiones, entonces echan el grito al cielo”.
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