Marcado por las consecuencias en los precios del conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia desde Occidente, el Índice de Precios al Consumidor ya subieron en marzo un 7,5 por ciento, el nivel más elevado de la zona del euro desde 1997.
Otra vez los precios de la energía fueron el principal desencadenante de la elevada inflación, con una tasa interanual del 38 por ciento durante abril.
Mientras, los alimentos, el alcohol y el tabaco aumentaron un 6,4 por ciento, los bienes industriales no ligados a la energía exhibieron un alza del 3,8 por ciento y los servicios crecieron un 3,3 por ciento.
Con estos datos, el nivel actual de la inflación continúa encima del objetivo trazado por el Banco Central Europeo, de una tasa cercana al 2 por ciento anual, por lo que las presiones para un incremento de los tipos de interés oficiales van en ascenso.
Eurostat notificó también que el crecimiento económico en la eurozona se ralentizó al 0,2 por ciento en un primer trimestre de año.
En el conjunto de la Unión Europea, el avance del Producto Interno Bruto en comparación con el trimestre previo fue del 0,4 por ciento, con lo que el crecimiento se queda en ambas zonas una décima por debajo del registrado en los últimos tres meses de 2021.
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