Según la publicación especializada en temas económicos, con una inflación que alcanzó el 7,5 por ciento en abril, se espera que la crisis del costo de vida se profundice en esa región.
Los riesgos se incrementaron esta semana luego de que Rusia detuviera los flujos de gas a Polonia y Bulgaria, con lo cual anticipó un panorama de lo que la región podría tener reservado.
No obstante, incluso sin el racionamiento de energía que tal medida podría provocar, las cifras de ralentización de crecimiento ofrecidas por la agencia Eurostat el viernes no son alentadoras, acotó la publicación.
Entre las razones identificadas, se encuentran las señales de angustia en las fábricas europeas en medio de una inflación récord y una obstinada restricción de la oferta, agravada por los estrictos cierres en China.
Por otra parte, la recuperación del turismo y los viajes por parte de los consumidores tras los aislamientos pueden frenarse, cuando los aumentos de precios reducen los ingresos y los confinamientos en Asia alertan de una nueva ola de contagios.
En ese contexto, algunos economistas prevén una “desaceleración significativa” del crecimiento en la segunda mitad del año.
Un año que comenzó con la región extendiendo su crecimiento más allá de los niveles anteriores a la Covid-19, corre el riesgo de convertirse en otro lamentable episodio en la historia de frustrantes reveses en el crecimiento del euro, señaló la publicación.
De hecho, la moneda única, el euro, presentó el jueves 28 de abril la mayor caída frente al dólar estadounidense en cinco años, cuando la paridad euro/dólar cayó a 1,0457, su nivel más bajo desde el 11 de enero de 2017.
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