«Reconforta nuestra labor humanitaria que estas personas puedan reencontrarse ahora con sus seres queridos. Esta misión fue posible por la confianza que tuvieron las partes involucradas en nuestra acción neutral, imparcial e independiente», señaló Otchoa Datcharry, jefe de la subdelegación del CICR en la ciudad de Medellín.
De acuerdo con un comunicado, el equipo del CICR valoró a las tres personas y determinó que se encontraban en adecuadas condiciones de salud, después las trasladó a otro lugar para entregarlas a sus familias.
«El diálogo bilateral y confidencial que sostenemos con todos los actores armados es fundamental para promover el respeto del derecho internacional humanitario y para sensibilizarlos sobre las consecuencias humanitarias que generan los conflictos armados que hay en Colombia», agregó Datcharry.
Añadió que el CICR está dispuesto a facilitar otras operaciones humanitarias que contribuyan a mitigar el sufrimiento de la población civil y de quienes han dejado de participar en las hostilidades.
El Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia es un grupo armado organizado considerado muy peligroso porque está presente en 211 municipios del país y trafica un gran número de cargamentos de droga a nivel nacional e internacional, según las autoridades.
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