Las fuerzas de seguridad abrieron fuego este miércoles contra los manifestantes en la ciudad noroccidental de Kale, donde según las publicaciones Mizzima e Irrawaddy hubo cinco víctimas mortales y varios heridos.
Otros dos manifestantes murieron en la ciudad de Bago, cerca de Yangon (sur), de acuerdo con la página digital Myanmar Now.
Hasta el momento, más de 580 personas han muerto desde el Golpe de Estado del 1 de febrero, según el grupo de activistas Asociación de Presos Políticos.
La agrupación asegura que entre ellas hay decenas de niños, además de cerca de tres mil 500 personas arrestadas, de las cuales dos mil 750 permanecen detenidas.
Las protestas y huelgas en todo el país han persistido desde entonces, a pesar del uso de la fuerza letal por parte de los militares para sofocar a la oposición.
El mayor general Min Aung Hlaing, jefe de la junta gobernante, dijo en un comunicado publicado hoy que el movimiento de desobediencia civil había detenido el funcionamiento de hospitales, escuelas, carreteras, oficinas y fábricas.
Se han emitido órdenes de arresto para cientos de personas, y la junta esta semana persiguió a decenas de personas influyentes en redes sociales, artistas y músicos.
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