En su más reciente informe mensual sobre la situación económica del país, la fuente señaló la persistencia de una fase de ralentización a nivel internacional caracterizada por fuertes presiones inflacionarias y cambios de tono en las políticas económicas.
En ese sentido, apuntó que el Producto Interno Bruto italiano sufrió una ligera contracción en el primer trimestre de este año vinculada, por el lado de la oferta, a una flexión de la actividad en el sector de los servicios y, por el de la demanda, a una contribución negativa del componente externo.
Asimismo, destacó la mejoría registrada por el mercado laboral, en marzo, con un incremento de la ocupación y una disminución del desempleo y la inactividad, acompañada por la estabilización de la producción industrial, a pesar del descenso de 0,9 por ciento en los tres primeros meses de 2022.
La inflación, por su parte, descendió por primera vez en los últimos nueve meses, al tiempo que la confianza de las familias y empresas mostró estabilidad en presencia de diferencias significativas en las expectativas.
Entre los consumidores mejoraron los juicios sobre el clima futuro, mientras que entre las empresas manufactureras y de servicios de mercado emergió un decisivo empeoramiento respecto a las expectativas sobre la economía, subrayó el informe.
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