En un mensaje con motivo del Día Mundial de la Salud, el prefecto del Departamento del Servicio del Desarrollo Humano Integral, cardenal Peter Turkson, señaló que ese hecho deplorable persiste a pesar de ser denunciado en varias ocasiones por diferentes instituciones.
Disparidad y desigualdad inaceptables que niegan la salud a gran parte de la población en la ‘periferia del mundo’, indicó el purpurado y añadió que la pandemia enseña que la salud es un bien común, de modo que al proteger la propia, se protege la del otro y la de toda la comunidad.
En ese sentido, Turkson subrayó que las desigualdades sanitarias son injustas aunque prevenibles con estrategias dirigidas a garantizar un acceso equitativo a la asistencia sanitaria, especialmente para los grupos más vulnerables y marginados.
Una mayor equidad en la protección de la salud en el mundo sólo es sólo alcanzable mediante un compromiso moral de parte de los países con más recursos hacia los más necesitados, puntualizó.
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