En un proceso de traslado que duró una semana, la mayoría fue reubicada en un edificio adecuado por la alcaldía en el centro de la ciudad, pero a la espera del retorno a sus territorios en los departamentos de Chocó y Risaralda.
Durante los ocho meses que vivieron los indígenas en el parque, entre ellos niños, mujeres embarazadas y ancianos, sobrevivieron bajo carpas de nylon, con limitaciones de agua, cocinaban con leña, además de sufrir el rigor del frío y las lluvias de Bogotá.
Según el distrito capitalino, desde antes de asentarse en esta área, dispuso nueve mil 100 millones de pesos, uno dos millones 213 248 dólares, para salud, alimentación, educación y actividades para las mujeres y personas de la tercera edad.
Para llegar a un acuerdo se puso en marcha una mesa de diálogo entre representantes del pueblo embera, autoridades de la alcaldía de Bogotá, del Ministerio del Interior y la Unidad para las Víctimas.
Medió en las pláticas, la Comisión de la Verdad con el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación, el Ministerio del Interior y la Personería de Bogotá.
Acordaron, un plan para la reivindicación de sus derechos, entre ellos, la participación en la política pública indígena que el Distrito iniciará en los próximos días y la apertura de más espacios para su intervención.
«Tenemos fe en que los acuerdos firmados con el Gobierno Nacional y Distrital se cumplan. No solo beneficia a los 15 pueblos indígenas, sino a toda una ciudadanía», manifestó Jairo Montañez, coordinador de las autoridades indígenas.
Asimismo, el Ministerio del Interior y la Unidad para las Víctimas se encargarán de garantizar el regreso a sus territorios con todas las garantías de seguridad, lo que incluye apoyo económico para financiar sus proyectos productivos y alternativas de vivienda acordes con sus prácticas socioculturales.
En el parque había 536 núcleos familiares y mil 585 personas, de las cuales, 747 eran de la comunidad emberá katío y chamí y 838, de otros pueblos indígenas.
Este viernes, se ejecuta una jornada de limpieza donde quedaron restos de lo que fueron sus viviendas durante todo este tiempo, y otros elementos.
Colombia es el hogar de 90 grupos indígenas, una de las diversidades étnicas más ricas en el mundo, sin embargo, desde hace siglos han sido víctimas de la violencia, el despojo de sus tierras, el racismo, la guerra y la estigmatización, causas del desplazamiento forzoso.
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