En declaraciones a la prensa en Estambul (noroeste), el mandatario consideró a Escandinavia como una casa de invitados para el terrorismo y calificó de «error» que su país permitiera la entrada de Grecia en la Alianza Atlántica en el pasado.
Las relaciones entre Turquía y Finlandia son calificadas aquí de cordiales, pero Ankara acusó en varias ocasiones a Suecia de respaldar la actividad de las milicias kurdo-sirias de las Unidades de Protección Popular, afines a las fuerzas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, declarado terrorista por este país euroasiático.
Esta nación es miembro de la OTAN desde 1952 y dio luz verde ese mismo año a la incorporación de Grecia bajo la premisa de que ambos países solucionarían sus disputas históricas, pero no fue así, según Erdogan.
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