En sus Previsiones de Primavera, la CE atribuyó la ralentización de la recuperación económica en Italia al aumento de los precios de las materias primas, interrupción en las cadenas de suministros y las crecientes cotizaciones de la energía a partir de la segunda mitad de 2021.
Tras mencionar la contracción sufrida por el Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de 2022, el informe precisó que las perspectivas a corto plazo siguen siendo moderadas a la luz de la crisis en Ucrania.
Mientras tanto, el documento vaticinó una reducción del déficit fiscal a 5,5 por ciento en 2022 y 4,3 en 2023, año en el cual la relación entre la deuda pública y el PIB, a deberá descender de 150,8 a 146,8 por ciento, comparado con 150,8 en 2021.
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