El arma calibre 38 le fue entregada al mandatario en La Habana por el presidente Miguel Díaz-Canel, en una solemne ceremonia, en la cual se explicó que fue elaborada por instrucciones del líder revolucionario Francisco I. Madero y entregada a Villa, cuyo nombre real es José Doroteo Arango.
La pieza histórica se incorporó al acervo de la exposición temporal La Grandeza de México, en su sede del Museo Nacional de Antropología (MNA), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Fue colocada en la Sala Revolución de la muestra en un acto encabezado por la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero; y por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández.
La encargada de la política cultural mexicana resaltó que se trata de un gesto extraordinario de colaboración, amistad y hermandad de Cuba hacia México.
El revólver fue fabricado en Éibar, España, en 1910 por la firma Iriondo y Guisasola. Sus materiales consisten en acero y oro, y está ataviado con figuras en color amarillo y detalles en azul, además de una «U» con doble corona real como inscripción.
Acompañan a la pieza dos cartuchos de bala percutidos y una caja elaborada en madera, nácar y plata, que suma una breve placa con la dedicatoria del entonces presidente provisional de México Francisco I. Madero (1873–1913).
El obsequio fue en 1910 —año en que fue promulgado el Plan de San Luis— y señala a Francisco Villa (1878–1923), «por su valor a la Patria».
Esta es una pieza histórica y artística, pero también un objeto que guarda una diversidad de significados: primero, la relación entre el líder que se ocupa de iniciar la Revolución mexicana, y el caudillo cuyo papel fue vital en el desarrollo de este episodio histórico», declaró el antropólogo Diego Prieto Hernández.
De acuerdo con el titular del INAH, la segunda línea que subyace en la pieza es la añeja y leal amistad de los pueblos cubano y mexicano, ya que, dijo, en los días inmediatos al golpe de Estado por medio del cual Victoriano Huerta depuso a Francisco I. Madero, se sabe que el embajador cubano en nuestro país, Manuel Márquez Sterling, ofreció a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez asilo político en su nación.
La secretaria de Cultura y el jefe del INAH reconocieron al fallecido historiador cubano Eusebio Leal Spengler, quien adquirió la pistola luego de que esta, según se especula, fuera llevada a la isla quizá por algún veterano revolucionario.
El hijo de Leal, Javier Leal Estébanez, entregó la pieza en abril pasado a la Oficina del Historiador en La Habana con la expresa voluntad de su padre de restituirla a la gran nación mexicana.
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