De acuerdo con reportes locales, el político de 84 años y líder del Movimiento Amal dirigirá al órgano legislativo para el período 2022-2026, en su séptimo mandato ininterrumpido desde 1992.
El conteo de papeletas reflejó 65 votos a favor del nombramiento de Berri, en comparación con 40 papeletas canceladas y 23 en blanco, reflejó la Agencia Nacional de Noticias.
Tras confirmar su victoria, Berri expresó citado por Lebanon Debate que cualquier palabra, plan, promesa y programa que no toque la vida de las personas estarán fuera de contexto.
“Mi mano se extiende a todos por su sincera cooperación para salvar el país. Debemos unirnos para rechazar cualquier compromiso de derechos o normalización con el enemigo”, manifestó el reelecto presidente según compartió en su web el canal panárabe Al Mayadeen.
La sesión continúa en la plaza Nejmeh, sede del Parlamento en el centro de esta capital, con la elección del vicepresidente y los comités.
Analistas de la situación de Líbano y de Medio Oriente afirman que Berri es considerado un apoyo político dentro del Estado al establecer un equilibrio para la comunidad chiita en términos de representación.
Líbano reconoce 18 confesiones de fe y el pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiita, y así sucesivamente con los otros cargos.
Sin embargo, el acuerdo de Taif de 1989, que puso fin a la guerra civil libanesa (1975-1990), estableció una fórmula de reparto del poder basada en cuotas que otorga a cada una de las grandes comunidades religiosas (musulmana y cristiana) 64 puestos en el parlamento.
La nación de los cedros celebró elecciones parlamentarias el pasado 15 de mayo en medio del escepticismo ante el surgimiento de un gobierno capaz de impulsar la recuperación económica y financiera.
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