Según la nota divulgada por la oficina de su portavoz, Guterres reafirmó la estrecha relación entre Naciones Unidas y el Gobierno de Saná y subrayó la necesidad de ampliar y aplicar plenamente todos los elementos de la tregua renovable de dos meses.
Asimismo, el titular indicó que ese periodo sin hostilidades permitirá abordar algunas de las necesidades humanitarias y económicas más inmediatas para aliviar el sufrimiento del pueblo yemení.
La víspera, el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, se reunió con Al-Alimi en Adén y este martes, tuvo un encuentro en Mascate con el principal negociador de Ansar Allah, Mohammed Abdulsalam, y funcionarios de Omán.
Grundberg se refirió a la urgencia de reabrir las carreteras en Taiz y en otras partes de Yemen, renovar la tregua y tomar medidas significativas encaminadas a terminar de manera integral el conflicto en todo el territorio.
El inicio de la tregua coincidió con el comienzo del mes sagrado del Ramadán, y puede renovarse más allá del período de dos meses con el consentimiento de las partes, de acuerdo con las autoridades de ONU.
De hecho, es considerada una oportunidad para reiniciar el proceso político de Yemen dirigido a poner fin a la devastadora guerra en ese territorio.
El cese de los combates, junto con la entrada de barcos de combustible y la flexibilización de las restricciones a la circulación de personas y mercancías dentro y fuera del país, puede contribuir a generar confianza y crear un entorno propicio para reanudar las negociaciones, consideró Guterres.
Yemen padece esta compleja situación, en gran medida, debido al conflicto que enfrenta a tropas gubernamentales con rebeldes hutíes.
La crisis escaló en 2015 con el comienzo de bombardeos de una coalición antiinsurgente liderada por Arabia Saudita.
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