De 67 años, el político de la norteña ciudad de Trípoli pudiera ocupar el cargo por quinta ocasión y dar así continuidad al mandato de los últimos meses tras su nombramiento en julio de 2021.
El sitio Al-Akhbar sugirió el inicio de las consultas para la formación del nuevo gabinete después de las elecciones de los comités parlamentarios conjuntos, prevista para el martes entrante.
Según el rotativo, los días siguientes serán testigos de una campaña de nominaciones y la candidatura de Miqati resulta tendencia entre las principales fuerzas tradicionales y los bloques de nuevos representantes sunitas quienes apoyan la formación de un gobierno similar en distribución política.
En este sentido, fuentes de Hizbulah (Partido de Dios) y el Movimiento Amal manifestaron al Asharq Al-Awsat que recibieron señales de Miqati para conservar su puesto al frente del Consejo de Ministro.
Sin embargo, el propio Miqati expresó durante una entrevista con el canal local Al-Jadeed que prefiere no ser reelegido y sugirió los nombres de los diputados Ashraf Rifi y Abdel Rahman al-Bizri, así como el economista Amer Bsat.
Por su parte, el sitio Naharnet además de mencionar para primer ministro a Miqati nombró entre los contendientes al expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU Nawaf Salam, el embajador libanés en Alemania Mustapha Adib y el empresario Samir al-Khatib.
El presidente de la República Libanesa, Michel Aoun, llamó al nuevo Parlamento a la cooperación y no obstruir el proceso de nacimiento del gobierno con el objetivo de impulsar el plan de recuperación financiera.
Considerado uno de los hombres más ricos de Líbano, Maqati ocupó el cargo de primer ministro en julio pasado después de meses sin gabinete luego de la explosión del Puerto de Beirut en agosto de 2020.
El pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiíta, y así sucesivamente con los otros cargos.
La nación de los cedros enfrenta una devaluación de la libra libanesa frente al dólar, altos precios en los combustibles, medicamentos y artículos de primera necesidad que sitúan hoy a cuatro de cada cinco ciudadanos en la pobreza, según la Organización de Naciones Unidas.
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