Los portavoces del Bharatiya Janata Party (BJP o Partido Popular Indio) Nupur Sharma, a nivel nacional, y Naveen Jindal, del estado de Delhi, realizaron comentarios ofensivos contra Mahoma en la televisión nacional y las redes sociales, respectivamente.
Las declaraciones fueron objeto de protestas en el país por parte de los musulmanes y las organizaciones laicas, indicó el portal Peoples Democracy.
También, las autoridades actuaron con mano dura contra las manifestaciones en la ciudad de Kanpur y decenas de musulmanes fueron detenidos en virtud de la Ley de Seguridad Nacional.
Después que el gobierno de Qatar convocó al embajador indio y presentó una protesta diplomática formal seguida por Kuwait y otros estados del Golfo Pérsico, el BJP respondió suspendiendo a Nupur Sharma y expulsando a Naveen Jindal de la organización política.
Nueva Delhi, a través de su embajador en Qatar, declaró que los comentarios ofensivos no reflejan la opinión del gobierno sino la de «elementos marginales».
La retórica antimusulmana forma parte de la postura de miembros del BJP, pues otro dirigente del BJP, Tejasvi Surya, declaró en Australia que la conquista musulmana de la India fue «el capítulo más sangriento de la historia del mundo» y que la historia del Islam está «escrita con sangre y violencia».
Debido a las protestas de organizaciones estudiantiles musulmanas y grupos de derechos civiles, se canceló su participación en el acto oficial del «Diálogo Juvenil Australia-India».
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores rebatió enérgicamente la declaración de la Secretaría de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), formada por 57 países.
La OCI apuntó que los comentarios del portavoz del partido gobernante forman parte de la «creciente oleada de odio y difamación» del islam y las «prácticas sistemáticas contra los musulmanes indios, especialmente a la luz de una serie de decisiones para prohibir el uso del hijab en instituciones educativas de algunos estados indios, incluyendo la demolición de propiedades musulmanas y la violencia contra ellos».
La agenda antimusulmana tiene graves repercusiones en la unidad nacional de la India y desata la violencia extremista de todos los matices y su forma más perniciosa ocurre en el territorio indio de Jammu y Cachemira, donde se suprimen los derechos básicos de la población del valle.
Esto provocó la reacción extremista islamista contra los pandits de Cachemira y los trabajadores inmigrantes, que son asesinados selectivamente por grupos terroristas, acotó Peoples Democracy.
No basta con que el gobierno diga que respeta todas las religiones, sino que tiene que asegurar al país y al mundo que los musulmanes serán tratados como ciudadanos iguales en todos los aspectos y cualquier actividad antimusulmana será frenada por la ley, recalcó el portal.
India se caracteriza por la diversidad de creencias y prácticas religiosas y es la cuna de cuatro de las principales religiones del mundo: el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo.
Según el censo de 2011, el 79,8 por ciento de la población de la India practica el hinduismo, el 14,2 se adhiere al islam, el 2,3 al cristianismo, el 1,7 al sijismo, el 0,7 al budismo y el 0,4 al jainismo.
Este viernes una protesta estalló frente a la populosa mezquita Jama Masjid, una de las más grandes de la India, después de las oraciones del día para exigir el arresto de la suspendida portavoz del BJP Nupur Sharma por sus polémicos comentarios sobre el profeta Mahoma.
Decenas de personas, con pancartas, gritaron consignas contra Sharma, reflejó la agencia de noticias Press Trust of India.
En medio de todo este escenario, la policía de Delhi registró una denuncia contra 31 personas y presentó otra nueva contra la ex vocera del BJP, Nupur Sharma, por presunta difusión del odio y por herir los sentimientos religiosos.
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