Los óxidos de nitrógeno térmico (NOx), componentes del escape de combustión, no deben subestimarse, ya que los futuros lanzamientos podrían tener un efecto acumulativo significativo en el clima, señalaron los autores del artículo difundido.
En su investigación evaluaron los efectos de la transferencia de calor y masa, así como la mezcla rápida de los subproductos de la quema a altitudes de hasta 67 kilómetros en la atmósfera.
Los científicos de la Universidad de Nicosia en Chipre implicados comentaron que aún podría existir una cierta cantidad de lanzamientos de cohetes por encima de los cuales el dióxido de carbono mesosférico se acumularía, aumentaría los niveles naturales y afectaría el clima.
Sugirieron que, en el peor de los casos, producirían suficiente NOx durante el tiempo que tarda el cohete en alcanzar una altitud de 10 kilómetros para contaminar más de dos kilómetros cúbicos de aire atmosférico.
Esa concentración –precisaron en el texto-, según la Organización Mundial de la Salud estaría en un nivel peligroso para la salud humana.
Esperamos que las compañías de vuelos comerciales y sus fabricantes de motores asociados consideren estas consecuencias en diseños futuros, afirmó Dimitris Drikakis, ingeniero y profesor universitario greco-británico.
En los últimos tiempos SpaceX, Virgin Galactic, entre otras, popularizaron el uso de tecnologías espaciales reutilizables para lograr el transporte al espacio exterior de la Tierra a un costo reducido.
Apenas se conoce, empero, el hecho de que las emisiones de propulsión de los cohetes provocan un calentamiento considerable y cambios químicos en la atmósfera.
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